sábado, 23 de marzo de 2013

Reflexiones de una mujer desnuda.

Acabo de salir de la ducha. Me vestiré más tarde. Los lentes de contacto antes de que se me engrasen las manos. No porque tenga la intención de entrar luego a la cocina. Treinta y cinco años blandiendo cucharones y espumaderas. Suficientes. Tiré todas las recetas a la basura. Ya cepillé mis dientes con fluorogel, fortalece el esmalte. Hoy tomé alendronato, uno por semana. Fija el calcio y evita la osteoporosis, tengo que esperar media hora para desayunar. La crema para los talones. Primero me fracturé la muñeca izquierda, años después rotura de ligamentos en la misma pierna que ahora me fracturé el peroné. ¿De dónde habrá sacado Martha, la que el marido… no, eso es para el monólogo de las solas. Retomo, mi vecina sostiene que todo lo que nos pasa en los miembros del lado izquierdo se relaciona con conflictos con la madre. _Si, con la madre dije, no pongas esa cara de mala desde el portarretratos. Reconozco que después fuiste una leona, en el sentido de jugártela a nuestro lado. Pero cuando fuimos jóvenes te costaba mucho hablar de algunos temas y te disgustabas. Especialmente de “esos”temas. Ya se, tu crianza fue muy dura, ¡Pero cómo me jodiste esa época tan hermosa! “Caer en los brazos de un hombre antes de casarse”, las pibas de ahora se morirían de risa. Si hasta me da vergüenza. A pesar de todo me atreví, aprendí a amar en todas las formas que se aman un hombre y una mujer. ¡Y fui feliz! Al menos he superado la etapa de los parches que me producían alergia, y la del Rontagel, que mi cuerpo tardaba en absorber, andaba toda pegoteada. ¡Más de 15 años de sofocos! ¡Vivan las isoflavonas! Una por día. Después el comprimido para el vértigo. El sobre de glucosalina para el regeneramiento de los cartílagos, no es cuestión que me invada la artrosis. El ibupirax flex al comienzo del dolor de cuello y cabeza. Al válium lo dejo para cuando pasados unos días no afloje el pinzamiento de cervicales. Y vos, Reina madre, como la de Inglaterra, también tuviste tu Imperio. Y fueron de la televisión a filmarte. Presumida, hasta te retrataste con una capa. Es cierto, no cualquiera cumple 100 años. Ni tuviste que envidiar a la mamá de la película de Saura. Cuando llegaste a los 101, los varones jóvenes de tu matriarcado te levantaron por el aire sentada en tu sillón y te llevaron al jardín para que posáramos todos juntos. Mi hijo me hizo abuela y a vos tatarabuela, les cambié los pañales a los dos en la misma época. Tengo que confesarlo, a esa edad también disfruté, no todas las mujeres tienen ese privilegio. Pero decime abuela: ¿Cómo hiciste para llegar a esa edad sin haberte facturado un solo hueso en toda tu vida si nunca tomaste alendronato? Que bello y que cierto es ese texto de Sandra Cisneros acerca de que cuando uno cumple años tiene todos los que cumplió antes. A veces me siento de 17 y desearía bailar el rock desenfrenadamente y quisiera pasear en motoneta con el pelo al viento. O quisiera tener 23, para ir a chapar a Le Papillón. Si quisiera tener 40, con crisis de pánico y todo y 48, como en el 92´, “el año del mono”, tomaba las flores de Bach. Mi hijo me anunció que iba a ser abuela, casi muero. ¡Ser papá a los 18! ¡ Mi primer nieto, qué emoción tan intensa! Ya tiene l4 años, estoy esperando que venga…la cuenta del teléfono, pasa horas hablando con la novia. El gel para el contorno de ojos, disimula las ojeras y atenúa las patas de gallo. Redface para las mejillas con rosácea. Me broto, estrés postraumático. Me visto para matar. ¿Qué remera me pongo? Esta me marca mucho las tetas, mejor esta otra, pero me las achata. Al menos ellas no me dan trabajo. La senografía bilateral dice: no se observan macro ni micro calcificaciones. Al papanicolau no me lo hago más desde la hicterectomía. La sexualidad está acá, en la cabeza, a eso lo tuve siempre bien claro. ¡Qué quilombo hicimos las chicas a fines de los 60´ para poder ir a dar clases o a estudiar en pantalones! Los habíamos adoptado de prepo. Recién en el 73´ los permitieron. Ahora se puede ir en jeans hasta a los casamientos pero ya no puedo usarlos, me oprimen el estómago y tengo hernia de hiato. Ah, pero entes de vestirme, la emulsión corporal humectante… “Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos” Sonreís. Sabés que nadie me toca. Que vos fuiste el único que me acarició como un hombre. Siempre que lo hacías y me decías: “qué piel suave que tenés”, se me erotizaba hasta el último poro, como cuando tenía veinte años, el cuerpo delgado, los pechos turgentes y me hiciste mujer. “Tu boca que es tuya y mía, tu boca no se equivoca, te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía”. Edad de utopías, también compartidas con vos. Es cierto, a veces me siento joven y tengo ganas de bailar. Nuestro amor es así… La última vez que bailamos... Ahora me parece un siglo y han pasado apenas tres años. Fue cuando cumplí sesenta y me regalaste una serenata de Mariachis. Al poco tiempo puse debajo de tu foto en el diario:” Y porque amor no es aurora ni cándida moraleja”. Si este fuera un monólogo del género podría terminar: “No seré feliz, pero no tengo marido”, o que “lo tengo con agujeritos”, si fuera el del corazón. Pero debo seguir… viviendo, digo, quiero decir escribiendo, bueno ambas cosas. Si, decididamente hoy quisiera tener menos edad. Aunque no resulta bello en este día de calor húmedo sentir que tengo diecisiete, más veintitrés, más cuarenta, más cincuenta, más sesenta ya que me siento como de ciento ochenta. Eso si, lo que no suscribí hace como treinta años cuando lo leí, no suscribo ni suscribiré jamás es ese párrafo que García Márquez pone en boca del segundón del viejo Patriarca: “ ni la vida más dilatada sirve para comprender que no se vive si no que se sobrevive”. Prefiero cantar con los poetas de la trova rosarina, que a propósito de la edad, lucen con más abdomen y menos cabellos.”Sólo se trata de vivir, esa es la historia”, me dice Nebbia desde el CD, y Abonizio me apunta: “Y no hay rima que rime con vivir”. Escrito en 2007